Hipocresía cofrade

(El País)
He de confesar que me resulta difícil entender que haya gente interesada en sacar procesiones, aportar tiempo y dinero para decorar pasos, poner flores, encargar exornos lujosos, túnicas y todo tipo de enseres, pagar bandas de música y toda la parafernalia que acompaña a los pasos de la Semana Santa en la calle. Tampoco entiendo muy bien que haya gente dispuesta a cargar con pesados pasos o salir con un cirio durante horas. Pero eso está en el capítulo de la ideología o de las costumbres y por tanto no queda más que aceptar los puntos de vista de los demás. Me llama también la atención que haya gente a la que le guste ver pasar estos enormes cortejos por las calles, incluso gente sin creencias religiosas vean estas procesiones como parte de una tradición. Pero lo que clama al cielo es que muchos de quienes dirigen estas hermandades pretendan darnos lecciones de moral e imponernos sus puntos de vista. Mal está que tomen nuestras calles al asalto durante una semana, que ensucien nuestras calles y que los poderes públicos inviertan en ello dinero de todos. Lo que ya es insólito es que se ofrezcan como salvadores de la moral pública. Se ha iniciado un movimiento para que todas las cofradías se pronuncien contra el proyecto de ley del aborto que prepara el Gobierno. Unas cofradías que tenían como fin poner en la calle lujosos pasos en medio de la afectación, la impostura y el paroxismo nos quieren gobernar a todos los españoles. Basta pues con que el gobierno no se deje amedrentar. Los capillas actúan en función de unos preceptos que ellos pretenden sagrados, es decir, por encima de las leyes que aprueba el Parlamento elegido por la soberanía popular. Piensan que sus puntos de vista son divinos y por lo tanto están por encima del propio Parlamento. Ya se han manifestado las cofradías de Jerez y de Cádiz, las hermandades del Rocío y se prepara una respuesta conjunta de las hermandades sevillanas, todas contra el Gobierno de España. (…Más información …)